martes, 27 de mayo de 2014

De la Iniciativa

A veces...la vida nos confronta y nos refleja la falta de motivación, de coraje, de iniciativa para emprender una idea, un proyecto, un camino, una empresa; y entonces nos precipitamos y pensamos que hay un fallo en nosotros, nos señalamos y culpamos de no tener este empuje para llevar y realizar aquello que deseamos. Argumentamos que son las leyes, la sociedad, las asociaciones, la carta astral, la familia, nuestra herencia...

Vemos con disimulo como el éxito toca la puerta del vecino, del colega, del amigo, del desconocido. Y nos cuesta reconocer la envidia, el deseo reprimido, el orgullo propio y pasamos desenfocando la mirada, distrayéndonos en otro objeto o buscado una ocupación; pero la envidia esta allí, fisiológicamente estamos hechos para ser y sentirnos iguales pero la sociocultura dominante nos ha puesto una serie de directrices en la cuales podamos ver diferencia entre el "yo" y el "otro" y esa diferencia es motivo de perenne conflicto y nos perturba pudiendo llegar hasta la cólera, el odio o el resentimiento, emociones de las más tóxicas y contaminates que existen tanto para la mente como para el cuerpo, contaminación endógena, con nuestra propia química.

Y es que estamos esperando, esperando que "alguien" (el otro, la sociedad, el gobierno) nos ayude, nos apoye, nos autorice, nos diga que sí podemos, pero a veces, cuando conseguimos que el "otro" nos ayude, apoye, nos autorice y nos diga que sí podemos su voz se pierde como un eco que rebota en la pared y se devuelve hacia el otro. Y es que al yo no se le ha implantado ese código,  ese discurso interno, esa programación, ese permiso, esa cualidad o actitud.

La actitud o cualidad, si no fue implantada o programada a temprana edad difícilmente la obtendremos almenos quenos auto observemos y reconoscamos en nosotros mismo nuestra carencia de autoridad propia, autovalorización, autopermición y afirmación y luego nos reeduquemos . Es función paterna, de un padre real o simbólico el de "autorizar" y de "mostrar" el Mundo al niño.

Los seres humanos estamos hechos de hábitos, programas que con una serie de códigos llamados "valores" se autoafirman y reciclan en el transcurso de la vida. Cambiar no solo es cuestión de diagnosis y observación, autoconocimiento, también es tarea de reimplantar, de reprogramar, autoapoyarse, autoafirmarse, reeducarse uno mismo.

Cada individuo posee a un pequeño niño que espera la aprovación del adulto que el mismo és, es aquí donde el dialogo interno debe servir nos para conectar, conversar y guiar a nuestro niño para así ayudarle a sí mismo en todo proyecto, objetivo o camino a dar sus primeros y sucesivos
pasos.